miércoles, 4 de diciembre de 2013

MI HISTORIA: LEJOS Y CERCA

El pasado fin de semana, vinieron unos amigos a verme en el musical en el que trabajo. Sus caras y sus comentarios iban dirigidos a una enorme satisfacción, felicidad por haberlo disfrutado y gratitud por mi atención. Comprendo que el esfuerzo económico es bastante en los tiempos que nos ha tocado vivir. Un desplazamiento del sur al norte, una estancia en hotel, un aprovechamiento de las posibilidades que brinda nuestra capital… un todo concentrado en un par de días de vacaciones con un hilo directo abierto de continuo si dejas hijos colocados con abuelos o negocios en fin de semana. Es decir, un “vámonos a ver a Alex”, un “me lio la manta a la cabeza” y un “una vez al año, no hace daño”.
Si por un momento comprendierais lo que significa para mí recibir amigos en mi lugar de trabajo, entenderíais el por qué de esta nueva entrada. Y es tan sencillo como entender que a más de 500 km de donde estoy, he vivido siempre, están mis amigos y mi familia. Y cualquier recuerdo que me traiga algún amigo, aquí a Madrid, me hace volver a mi vida en Sevilla. Que tan maravillosa es.
Mejor no puedo estar aquí, de verdad. Bueno si, podría estarlo más con mi tesoro a mi lado. Pero la lógica me hace estar tranquilo, ya que está con quien mejor puede estar y donde debe estar. Aun así, y me repito, soy pleno en serenidad, labor y entorno. Buen trabajo, buenos amigos y control de la situación. Por lo cual, viento para mis velas y a navegar. Aun así, recibir a amigos es una dosis de tierra firme que tan necesaria es cuando hay distancia en el pensamiento. Así que ya sabéis. Os espero con ganas y con unos horarios complicados en fin de semana, eh? Pero siempre hay huecos para una charla y un abrazo.
Por otro lado también quiero contaros lo que me sucedió ese mismo día que recibí a los amigos que vinieron. Cuando los despedí en la puerta del teatro, se me acercó una chica muy amable pidiéndome que nos hiciéramos una foto. Y tuvimos una conversación de un minuto muy interesante que me hizo recapacitar sobre lo que hago. Ella me preguntó si disfrutábamos sobre el escenario. Que se nos veía que lo pasábamos muy bien. Yo le contesté que es un privilegio despertar emociones en un aforo de mil quinientas personas y que nos llena muchísimo el aplauso, las risas y las lagrimas que provocamos. Pero que en ocasiones la salud no acompaña o las circunstancias de vida se ponen en contra. Pero que intentamos que no se note. Ella me respondió: “Nos tenéis en vuestras manos desde el primer minuto. Sentid cerca al público porque eso cura. Gracias por las casi 4 horas de felicidad” Que curioso, verdad? Cerca a gentes que no conocemos y lejos a las que queremos, verdad?
Eso me hace pensar que la cercanía y la distancia depende del amor que le pongas a las cosas que haces. Yo echo de menos mi vida en mi hogar natural pero adoro lo que estoy viviendo y provocando. Por lo cual, y sin olvidar mi lugar de destino, soy un ser plenamente feliz porque lo que hago lo procuro hacer con amor, dedicación y compromiso. Y esta hipoteca física de vida merece la pena por lo que aprendo como hombre en la distancia, valorando las relaciones y el hogar,  y como profesional en mi rincón de la gran vía del espectáculo, como actor y compañero. Y eso, queridos amigos, es un dejar constancia de que estoy vivo y haciendo historia. Ya sabéis que lo de pasar sin ruido por la vida que nos ha tocado vivir, no va con mi manera de ser. Así que invito a que vengáis a ver el espectáculo en el que me desenvuelvo, a los que estáis lejos, y a sentir cerca a los que estáis aquí. No hay distancia mayor que el olvido. Y yo me niego a olvidar nada de lo que fui, soy y, si Dios quiere, seré.
A las 14’00h me toca tomarme el antibiótico, por cierto. A las 15’00h el flumil. Y antes de irme al teatro la crema para mis rodillas doloridas. Y lo mejor de todo… nadie del público se dará cuenta de que estoy para una ITV completa. Así es el teatro… Así es la vida... Ni tan lejos ni tan  cerca. Hay que estar, ser y parecer. Asi nunca habrá distancia que nos impida vivir en paz.
Cualquiera puede hacer historia; pero sólo un gran hombre puede escribirla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario